Para siempre

“Cada Loco Con Su Tema” es un lugar que guarda entre sus paredes las más hermosas y enriquecedoras experiencias, cada uno de sus rincones tiene detalles preciosos que motivan a estar constantemente mirando de lado a lado con el fin de emocionarse con otra sorpresa que, seguramente, se puede encontrar; es un espacio que pretende conservar la historia y guardar tradiciones a través de los elementos que lo componen: sus paredes, lámparas, sillones, libros, son una muestra de ello. Al entrar, es innegable el ambiente acogedor con el que te recibe esta peculiar construcción, donde tanto trabajadores como comensales demuestran lo cómodos y amenos que se sienten, estos últimos siempre resaltando que el sitio les permite entrar en un estado de tranquilidad, paz y concentración, perfecto para pasar horas estudiando, entre las páginas de un buen libro o teniendo una charla sin preocupación alguna, eso sí, sin olvidar que el mejor acompañante puede ser un delicioso, caliente y lleno de historia, café. 

En medio de la monotonía que aparentemente reina en este lugar, no es solo una anécdota la que podemos contar, y es que tal y como afirman varias de las trabajadoras que laboran en este café y algunos fieles comensales que muestran su fascinación por todo el significado que contiene cada esquina, Cada Loco Con Su Tema es un lugar muy tranquilo, perfecto para escaparse un momento de la cotidianidad que siempre intenta absorbernos, ofreciéndonos un ambiente en el que se puede sentir que todo pensamiento es válido, además de que el amor por el café y la historia toma relevancia, y es posible que nuevas ideas florezcan, tomen forma y hasta lleguen a convertirse en realidad, vemos esto en las personas que acuden en busca de inspiración, otras con el fin de terminar un importante proyecto o simplemente sentarse a pensar acerca de todo y nada. 

Como nuevas admiradoras de este café, podemos también contar como fue nuestra travesía para llegar a este sitio, puesto que al ser un lugar tan único no son muchas las personas que lo conocen y no es un punto de referencia en el barrio Marly, así que nos perdimos intentando llegar allí, en medio de quejas, música y unas cuantas gotas de lluvia, además de caminar por más de una hora, logramos llegar. Quedamos fascinadas con lo hermoso y clásico que era el lugar, tanto que nos olvidamos de que no habíamos almorzado, fue tanta la amabilidad, que se ofrecieron a darnos un tour en el que conocimos tanto los espacios del lugar, como la historia detrás de cada uno de ellos, y, por supuesto, no podíamos dejar de probar las delicias que se mostraban en esa carta tan original, así que, tanto en ese día como en días posteriores, disfrutamos de un delicioso frappe de brownie, croissant de queso, hamburguesa y, por supuesto, exquisito café. 

Son muchas las palabras que describen a este lugar, entre ellas se encuentran “aventura”, “tradicional”, “cultura”, “paz”, y es que, sin duda alguna, hay sitios de la ciudad que quieren conservar la historia y lo están haciendo a la perfección; conociendo a este café sabemos que es posible encontrar lugares donde la pluralidad de opiniones pueden convivir, como una filosofía, que permiten espacios que incentiven la cultura y que tomen lugar eventos creativos alineados a compartir literatura y evidencian que nunca se va a dejar de escoger al café como una buena excusa para pasar momentos inolvidables. 

Así que, tal y como dejamos plasmado entre las hojas de un maravilloso libro que guarda en sí el agradecimiento y admiración por parte de varias personas que han visitado este café y han quedado maravilladas con él, creemos que un lugar que te permita ser tú mismo en tu máxima expresión, con tus propias opiniones e ideas, siendo el indicado para que la inspiración toque a la puerta y nuevas historias se construyen, además de la oportunidad de rescatar partes olvidadas del sitio que ha sido testigo de cada uno de nuestros fracasos y victorias, siempre es un lugar que no solo queda guardado en la mente, sino también en el corazón, para siempre.
Les comparto una crónica que escribí en mis primeros años de la Universidad, cuando nos dejaron de tarea de escritura creativa elegir un lugar de la ciudad, ir a observarlo durante varios días y escribir sobre nuestras experiencias. Aquí comparto con ustedes el resultado. Espero que les guste y si pueden intentar hacer el ejercicio, les prometo que será una experiencia maravillosa.

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