Agradecer, recordar y soltar
Escribir tiene un propósito más allá de lo académico. Escribir resulta ser la única solución que encuentro para dejar de darle vueltas a ideas, pensamientos y suposiciones, a poner en perspectiva esas imágenes que se niegan a irse de mi mente, que empujan más y más fuerte; que hieren, cortan y arden. Escribir me lleva a imaginar escenarios distintos, decisiones tomadas con más calma; me sobresalta con palabras cargadas de realidad sobre mí misma, acerca de lo que me rodea y de todo lo que todavía desconozco.
Ahora entiendo esos momentos de éxito y porqué las personas buscan tan desesperadamente vivirlos una y otra vez (algunas veces a toda costa). Ahora entiendo lo que se siente ser admirado, querido, aclamado. Que las personas reconozcan tu nombre, que extraños sepan de tu existencia y cercanos te auguren un futuro de éxito, que tu bandeja de entrada este llena de mensajes de orgullo y sientas que al fin encontraste un rumbo y una vida que anhelas vivir.
Me sorprende cómo está acción tan necesaria ha creado tanto temor en nosotros, encerrándose en una urna de elitismo y orgullo, con sus normas gramaticales parándose frente a nosotros como monstruos dispuestos a asustarnos, como si las formalidades no fuesen algo que con el tiempo se aprende, como si para escribir necesitáramos más que ser. Considero que escribir se vuelve complejo cuando me exige dejar que las lágrimas caigan, mostrándome que es necesario limpiar el alma para ver todo con más claridad, cuando me enfrenta al reto de organizar el enredo que es mi cabeza en palabras que tengan algún sentido y se vuelve un reflejo de lo que soy.
Es un punto para el ego y para el orgullo, eso no se puede negar. Pero yo no puedo evitar pensar cuando leo cada felicitación que el dueño del mundo entero, que también es dueño de mi corazón, de mi vida, de mis sueños, de mis miedos y fracasos, que ha estado en los momentos más difíciles, en los que el cansancio y las lágrimas toman el control; es el que realmente merece todas las flores y todos los reconocimientos. Todo es de Él, por Él y para Él
Tal vez esto sea un logro superficial y pequeño para alguien más. Pero para este ser que poco a poco sale al mundo, que lo está conociendo y conociéndose en el proceso, es algo importante y que ruego a mi memoria no olvidar jamás.
Yo, querido lector, escribo para agradecer, para recordar y para soltar. Y usted, ¿por qué escribe?
Son logros que te mereces mucho, por tu gran esfuerzo y dedicación. Te admiró un montón 💓💓
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias!
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