La felicidad y otros misterios

El estremecimiento de no hacer nada
es algo a lo que no estoy acostumbrada.
Mi vida es una carrera contra mí misma,
en búsqueda de mis sueños
y de exprimir al máximo un tiempo
que se me escurre entre los dedos,
como las lágrimas que salen de mis ojos,
cuando siento que no soy suficiente
en medio de un mundo que espera demasiado de mí.
En el que quiero ser feliz.

La felicidad viene en porciones diferentes para cada uno,
para mi viene en el tamaño de una bola de helado de chocolate
en una tarde en medio de libros;
en la sonrisa de mis padres, orgullosos de mí;
en los pies de mi hermana,
que lucen demasiado como los míos,
que recorren con curiosidad un mundo desconocido;
en sus ojos, cuando lo veo,
y me veo en Él.

No se logra la felicidad sin la tristeza,
no me hubiese acompañado aquella vez
en la que perdí el control
de mí misma, de otros, del mundo.
Aunque sé que realmente nunca lo tuve,
era una ilusión de control,
que me ahogaba bajo el agua,
me quemaba con anhelo,
me raspaba la piel.
Hasta que dije no más.

Él quiere llevar mis cargas,
yo dependo de Él,
ya puedo dejar de luchar contra la corriente,
y rendirme a una felicidad plena,
que en ningún otro
ni persona, ni momento, ni lugar, ni logro,
ni derrota, ni lágrima, ni sonrisa, ni sol, ni lluvia
pude experimentar,
como lo que siento ahora contigo
que me abrazas en el silencio
que calmas mi tormenta
que me amas.
Así, sin condiciones.

Lloro.
pero no creas que lloro como lo hacía antes.
Ahora entendí que llorar es una expresión de mi alma
que no puedo contener, que empuja hasta salir
que me recuerda que siento, pienso, amo y odio
en un mundo que exalta la razón
y rebaja los sentimientos.

¡Cómo si yo fuera capaz de ser objetiva cuando soy un sujeto!

No malinterpretes mis lágrimas.
He derramado demasiadas por melancolía,
pero también por momentos soleados,
por pequeños milagros;
como verte nacer en unas condiciones imposibles
pero no para ti;
por carcajadas que causan punzadas en el cuello y el estómago;
por la satisfacción por los logros obtenidos;
por mirarte al cielo y mirarme;
por saber que nunca voy a terminar de entenderme,
ni a otros, ni a este mundo,
pero voy a hacer el intento.

No necesito que mi musa me cante al oído sobre desgracias,
de esas podremos hablar otro día,
a esas ya les hemos dedicado demasiado tiempo.
Hoy quiero recordar la felicidad
y otros misterios.
Escribir poesía es algo que me encanta, pero estoy en el proceso de mejorar. He recibido comentarios en mi Canal de Youtube hablando de qué es poesía y que no cuando comento los libros de Rupi Kaur, y si subestiman su escritura, cuanto más la mía. Así que comparto un trozo de mi corazón con ustedes, esperando que logre llegar al de ustedes. ¡Cuéntenme qué les pareció este poema!

Comentarios

  1. Pues a mí me encanta. Poesía son tantas cosas que no sabría decir qué no lo es. En cuanto al tema de tu entrada, si estamos más pendientes de lo que el mundo espera de nosotros que de nosotros mismos, no sabremos qué es la felicidad. Porque la felicidad tal vez sea sentirse bien una misma. Con lo bueno, lo malo, lo que alcanzo y lo que se me escapa... Yo veo en tu poema mucha felicidad, contigo misma, con tu hermana, con él...
    ¡Qué sigas feliz!

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