La odisea de estudiar

Colegios privados pidiendo ayuda al gobierno para salir a flote, deserción escolar, alumnos sin acceso a internet e instituciones educativas sin preparación en las herramientas virtuales. Hoy, debido a la contingencia sanitaria que estamos viviendo, sale a flote, a la vista de todos, las problemáticas que llevan aquejando a la sociedad desde hace años, así hayamos decidido en ocasiones hacernos el de la “vista gorda”. Claramente, los problemas en el ámbito de la educación no son algo nuevo, de hecho, la lucha por evitar la deserción escolar no da tregua desde mucho tiempo atrás, y ahora se suma a la contienda esta crisis mundial, causando que estemos frente a una aparente batalla perdida.


En la historia de la literatura, encontramos a un personaje que con su valentía, determinación y perseverancia, logró superar miles de batallas en las que se jugaba la vida, enfrentándose a la bravura del mar y el capricho de los dioses. Es conocido comúnmente como Ulises, inmortalizado en el famoso poema épico La Odisea, en el que podemos ser testigos de las miles de aventuras que toman similitud con nuestra cotidianidad, al ver que si bien no hay mar ni dioses de por medio, si tenemos obstáculos como la falta de acceso a una herramienta tan básica como el internet y un gobierno que no le importa darnos la espalda, y desde esa posición de privilegio, sabotear sueños, esperanzas e ilusiones.


Según el Laboratorio de Economía de la Universidad Javeriana, el 62% de los estudiantes en Colombia no tienen acceso a internet o una herramienta tecnológica con la que poder continuar su educación. Si a esto le sumamos la crisis financiera en la que se encuentran familias que perdieron sus ingresos y un modelo de educación virtual que consiste en enviar tareas a la casa hasta la extenuación, no es descabellado afirmar que es toda una odisea.


Yo no tengo la solución para cerrar la brecha digital de nuestro país, conseguir la vacuna del COVID-19 o crear una sociedad educada. Sin embargo, quitarse la venda y decidir ver una realidad que, aunque dura y aterradora, está ahí, es una responsabilidad que todos como ciudadanos debemos tener. De la reflexión se generan grandes ideas, de las ideas cambios significativos y de cambio en cambio vamos modificando nuestro alrededor para mejor. Es momento de ponernos la armadura, enfrentarnos al mar embravecido, saltar obstáculos y vivir la odisea de estudiar.

Estoy a dos días de entrar a mi sexto semestre de Comunicación Social - Periodismo y a mi segundo semestre de Estudios Literarios y Edición, algo que me hace enormemente feliz, y también me recuerda lo bendecida que soy al poder estudiar. No ha sido fácil, ustedes no saben todos los sacrificios que hemos tenido que hacer como familia para que yo pueda estudiar, y es por eso que nace este texto. La educación no puede ser un privilegio, tiene que ser un derecho.

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